domingo, mayo 1

EFECTO HIBERNADERO

El lunes me vino a saludar la del pijama lleno de muffins y estaba muy congestionada. Le digo Uhhh estamos iguales, me dice: Sí, me pasó el día que jugamos a la wii en tu casa, me enfermé pero igual el sábado salí con fiebre y todo. 
Pensé ¡Wow que ganas!  yo no tengo ganas de salir ni cuando estoy super saludable, ni cuando me lleno de azúcar cocacolero la vejiga. No me divierte salir, me gusta estar en casa con mis cosas. Sí soy un toque abuelota, es cierto, pero disfruto mucho de llegar, quitarme la ropa y desplomarme en algún mueble, mirar tv, escuchar canciones, analizarme las piernas, contarme lunares, mirarme cicatrices, despeinarme, girar sobre mi cuerpo mientras moldeo almohadas, almohadones y colchones al son de mis "mmmm, mrrgrgrmm" y así dejar que pase lo que queda de la noche. También podría dejar que pase lo que queda de la siesta y de la noche, o de la mañana, la siesta y la noche. Puedo estar en casa todo el santo día.

Me gusta salir, aunque mi concepto de  "salida" puede ser refutado fácilmente, ya que lo que disfruto es de ver a mis amigas, estar con ellas en una casa o ir a una fiesta y bailar mucho y reirnos pero en un terreno conocido, no quiero boliches, no quiero amigos de amigos de amigos... me gusta pensar que mis circulos ya están cerrados que mi derroche habitual de simpatía es solamente buena educación que de ninguna manera tengo que esforzarme para hacer sentir bien a alguien o para sentirme bien yo. YASTÁ ya no ando girando de escuela en escuela buscando nuevos amigos. YASTÁ, basta para mi de sociales.

Soy una chota de mierda, ya ven. Así funciona mi cabeza.

Bien, esta es la parte donde mis amigas dicen ¿y así pensás conocer a alguien?
Eh... así no pienso nada, así soy. Así me muevo, así me desparramo. ¿Por qué tengo que conocer a alguien? Desde que soy sola me persigue esa pregunta, la segunda. ¿Qué urgencia hay? No me gustan las citas, no me gustan los desconocidos... 
Me gusta charlar, me gusta leer, me gusta escuchar canciones a la mañana, me gustan los besos que relajan, me gusta que me agarren, me gusta subir y bajar escaleras, sonrio mucho y a veces estoy muy triste, me frustro y me cuestiono todo.  Hay días en los que estoy iracunda, tediosa y me transita bronca por todo el cuerpo.
Cualquiera que me conozca sabe todo eso, sabe que soy un efecto hibernadero constante, que me cuesta mucho salir de mi, que no hablo demasiado pero archivo cada palabra, que reflexiono y pienso todo. El resto es pura cháchara, pura cáscara.
Me asusto porque sé que hay que llegar a algún lado pero no entiendo para qué tanto apuro, por lo pronto sólo hay que pasar el invierno.


A modo de treguaSi no entiendosi vuelvo sin entenderhabré sabido qué cosa es no entender.

2 comentarios:

Anonimo dijo...

ejem, y despues una me pregunta a mi que me esta pasando?

Vicky dijo...

que lindo post, que lindo lindo post, eso pensé cuando lo leí el otro día. Es lindo y punto.
Es linda tu cotidianeidad, es linda?

¿Cuánto es mucho o poco tiempo? ¿Cuanto es "un montón"?

Si sigo haciendo preguntas voy a parecerme -cada vez mas- a Claudito Marìa Domínguez. Asì que mejor lo dejó así.

Besos.