viernes, diciembre 23

Anuario 2011

Creo haber pasado por muchas cosas este año. Cosas chiquitas, algunas molestas, otras simpáticas.
No recuerdo haber sentido que algo de lo que estaba viviendo fuera "grande" o algo que iba a marcar mi 2011 para siempre. Todos los recuerdos que tengo son minisituaciones, minisentimientos, minidudas, minicertezas etc etc.
La suma de cada cosita hizo de 2011 un año bien revuelto con algunos remolinos.
La soltería parecía ser lo mío porque me divertía horrores charlando de los muchos potros que no me daban bola y de los fiascazos que me piropeaban y con los que no pensaba ni  cruzar un mensaje de facebook. 
Pudo haber un Sí pero ¡No! Las cosas son o no son, pasan o no pasan, pude haber besado y no besé ni me quisieron besar, lo dejan para mañana. (la del pijama lleno de muffins me debe odiar por la liviandad con la que me tomo los besos) 
Mañana mañana, mañana me encontró con otro, con el mismo, que es el mismo y a la vez es otro. Somos otros. 
Somos.
Mis somos en el 2011 han variado bastante. Somos amigos, sí... lo somos pero con distancia, con tiempo sin culpas, sin mochilas. Hasta donde sea sana la amistad. Somos compañeros, sí... lo somos pero hasta donde me sea sano el trabajo. Somos novios, sí... lo somos pero hasta donde nos sea sano el amor.
Los lazos cada tanto viran de una forma extraña. Las relaciones se transforman constantemente, se pudren o se nutren. Me hacen acordar a las frutas en ese estado en el que están blanditas, se dejan comer pero te dan un poco de asquito, esa indecisión sobre lo que uno siente respecto a otros me agota y la ignoro.
Dejo que las cosas sigan su curso y veo hacia donde van sin preocuparme demasiado. Este año puedo decir que decidí no angustiarme por el trabajo y no angustiarme por la facultad. Así, todo resultó más sencillo.

En 2011 me reí mucho, me entusiasmé con cosas que no fueron, me encontré feliz de hacer las que si sucedieron, viajé con mis amigas, recordé -casi a diario- mi viaje por Europa, me inventé nuevos destinos; me desahogué con algún inadaptado de siempre; compré todo lo que quise, regalé todo lo que pude; chateé hasta que se me durmieron los deditos; escribí con todas las letras posibles, releí mails-chats-papelitos-sms; sonreí de vergüenza, sonreí de puro amor; lloré de bronca, lloré de tristeza, lloré de memorias. Grité y me gritaron. Soñé cosas hermosas y me desperté. Extrañé y extrañé y extrañé.
Abracé buscando calma y abracé dando fuerzas. Dije muchos holas y algunos chaus. Digo todo lo que pienso y siento todo lo que digo. 

Seguramente muchas otras cosas pasaron en 2011. 
Este fin de año me encuentra un poco movilizada pero rodeada de personas bellísimas que están siempre conmigo y me hacen sentir bien, requete bien. 

Hola 2012, soy Chuchu y te estoy esperando.


2 comentarios:

Vicky dijo...

Feliz año nuevo querida amiga.
Que tu 2012 sea liviano como los besos, con poco peso de mochilas descargadas para llenarlas de situaciones cómicas, anécdotas, de sonrisas que muestran los dientes (risotadas) y de saludables momentos.
Me encantó tu post tu sincera espera del año nuevo que se aproxima. Te imaginé parada sobre la arena de una playa con los brazos abiertos queriendo abrazar el mar... besos! te quiero mucho.

Anonimo dijo...

nunca supe bien hacer anuarios, resumir lo vivido en algo, un diario, una palabra, un brindis, en nada. pero me gusta mucho la forma que le encontraste y con lo que te encontraste este año, muy bien vivido aparentemente. te quiero mucho y te deseo un 2012 mucho mejor de lo que puedas esperar, porque trabajas duro, porque le ves lo lindo a la vida y porque le metes ganas, así no anuario que pueda medirse de manera negativa. te quiero mucho