Hoy tengo mucha angustia.
Atropellé a un lisiado por ir leyendo un libro que podría no leer. Lo estrolé y vi como se le critalizaban los ojos mientras sonreia diciendo "si si estoy bien" y yo sabiendo que iba a llorar me sentía peor entre mis intentos de pedir disculpas.
Vi, una vez más, mis fotos de Budapest y me pone triste muy triste.
Después, me siento frustrada porque no sé manejar situaciones comunes sin embargo las más complejas las piloteo como una reina y me divierten. Pero esas chiquitas, sencillas, las que responden a un Sí o a un No me cuestan horrores y dejo que las cosas pasen y pasen y pasen pero nunca las detengo. Me falta la parte de martín pescador, o el olfato para saber cuál es el último, el que quedará. Me pone de mal humor sentirme mal por las cosas que no pasan. No es mi culpa que no pasen, al menos no esta vez pero me enferma, me eriza los pelos que alguien decida por mi que algo no va a suceder. Golpe a la vanidad se llama.
Tengo un aburrimiento que me brota por todo el cuerpo por lo que engullo comida ,cosa que no me angustia ni me preocupa (sabeis que gusto de comer) pero llega un momento en el que no sé qué más tragar porque mi universo angurrientil es pobre y no me encantan tantas cosas y termino viendo las papas fritas con un poco de desconento y eso si me deprime. ¿En qué momento las cosas que tanto te gustan pasan a ser algo común y corriente? Corriente.
No me gustan las sorpresas, me deprimen soberanamente los intentos de hacerte brillar los ojos que tiene la gente sorprendedora. Pero no sé porqué quisiera que algo me haga estallar de algún sentimiento por estos días. Ya me cansé de esta cuna de rolitos.
I hate days like this.